Navidad en tiempos de migración…
En este mes de navidad no quiero escribir sobre nada técnico a nivel legal. Para nuestros fieles lectores y quiénes nos han acompañado durante todo este año con sus mensajes de apoyo y agradecimiento, hoy prefiero escribir sobre los sentimientos que afloran en esta época del año, especialmente para un migrante.
Es momento de compartir en familia, reflexionar, pensar sobre el camino que llevamos y las decisiones que tomamos, simplemente es momento de hacer un balance del año. Mi recomendación es hacer ese balance en los primeros días de enero para empezar con toda la fuerza posible el próximo año.
Hoy nos toca pasar navidades de una forma diferente, principalmente extrañando, pero no dejes que ese sentimiento te decaiga para disfrutar tu presente, por vivir el ahora.
Nos encontramos con una realidad que parece que las navidades se disfrutan a través de un móvil u ordenador, esperar el 31 de diciembre a las 12 de la noche con varios teléfonos en la mano y hablando (si el cambio de huso horario lo permite) con nuestros familiares en distintos países.
Para los más afortunados, pueden pasar la navidad junto a toda su familia. Sin embargo, la realidad de hoy en día, el trabajo duro en el exterior, el alto costo de la vida para poder comprar un billete en estas épocas y reencontrarnos con nuestros familiares, la imposibilidad en muchos casos de poder salir de sus países por situaciones migratorias, tal vez debamos conformarnos con esa pantalla del móvil para compartir con todos nuestros familiares e intentar transmitir nuestros sentimientos de afecto.
Hoy veo a muchas familias completamente divididas por diversos temas, uno que es habitual o como lo dije sin intención de molestar nadie, sino en el contexto del mensaje, de moda por lo común que se ha vuelto, encontrarnos familias divididas por la migración voluntaria o forzosa dependiendo del país en el que nos encontremos. No cuestiono la decisión de nadie de migrar o permanecer en su país, cada uno debe ser feliz en donde elija vivir y si no puedes, no te lamentes por no poder migrar o no te quejes por no querer algo que no puedes, pasamos la vida lamentándonos por lo que no tenemos y como me dijo una amiga hace mucho tiempo, la vida son 4 días y ya llevamos vividos varios.
Te invito a no desanimarte, a intentar superar la nostalgia que nos genera esta época de año por no poder compartir con tus familiares, porque has tomado la valiente decisión de migrar en busca de eso que llaman un futuro mejor. No olvides nunca que lo más importante por encima de cualquier cosa es que puedas ser feliz, en lo que haces, en donde vives y especialmente, con quién compartes tu vida.
Siempre debemos necesariamente adaptarnos a los cambios, llegará un día en donde podamos reencontrarnos con nuestros familiares y si no es posible, aprendemos a pasar una navidad migrando y en tiempos de migración.